No permiten recibir ayuda de los demás.
«Satisfechos de su propia vida».
Paranoicos de la banalidad de esta vida: levantarse, orar, estudiar y/o trabajar, salir, tener vacaciones, trabajar duro, navidad, etc mas…
Un circulo que se repite una y otra vez. Comer mucho o no comer nada. Lavarse según la circunstancia o no. Frió o mucho frió. Con poco o mucho dinero o sin el.
La vida fácil, ganancia a precio de dignidad y juicio de la sociedad y el sistema…
Una vez el Espíritu Santo me dijo: espiritualmente hablando no eras muy diferente a ellos en el pasado.
En lugar, las prostitutas yendo en la Ferrari con el jefe y ganando 5,000 euros al mes … mas pagando con el cuerpo y la salud precios irrecuperables.
Mujeres usadas por mafias y espíritus de ambiciones. El «amor» lo usan para un interés, o sencillamente son instrumentos de una influencia de oscuridad.
Sean homeless o prostitutas son personas sin Dios y esperanza.
¿Quieres una llamada de Dios para tu vida? puedes tenerla inmediatamente, solo abre tus ojos a una necesidad que encontraras. Pueda que dediques toda tu vida a lo que tus ojos finalmente verán.
Si esperas que Dios te llame a ser apóstol, profeta, evangelista, maestro o pastor seria bueno que iniciaras a ver los baños de la iglesia y no cerrar los ojos. Pueda que la maestra de escuela dominical necesite una mano. A lo mejor hay autos que podrían ponerse disponibles de aquellos que pueden ser llevados por ti a adorar a Dios.
Cuales son tus cinco panes y dos peces? los estas poniendo al servicio de aquellos que lo necesitan?
Piensas de amar los que sufren en la guerra? y como es que nunca has orado con intensidad por tu familia sino respondes no ácido sino peor.
Dios quiere una iglesia coherente, Dios quiere una iglesia que sirve, Dios quiere que no seas duro en tu corazón.
Se como Jesús. Sirve.
Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.
Juan 13: 1-5