Dependencia emocional #1 parte

Este post fue creado para ayudar a las personas que sufren atracción al mismo sexo y/o personas que desean ayudar a otros a comenzar a salir de esta situación tan compleja y profunda. Puede que algunas personas no lo vean funcional para ellos. Alguna información te ayudará a comprender otros tipos de codependencia y dependencia emocional. Este tema es muy amplio por lo cual te pido investigar (con buenas fuentes y seguras) un poco mas de lo que acá leerás para lo que convenga.

Lori Rentzel, es la autora de este post que iré compartiendo por partes ya que la nota es extensa. Se digiere mejor si la meditas a poco.

¿Puedo contar con tus comentarios? si no estas seguro espera las otras entregas y ve pensando en que cosas te identificas.

David y Ken se conocieron en el campamento de verano de la iglesia, donde cada uno estaba a cargo de un grupo de niños de cuarto grado. En el día de apertura, David notó con que facilidad Ken se hacía cargo de su grupo. “Es de esperarse”, pensó David, “mírenlo, un atleta por naturaleza, muy bien parecido y obviamente un líder innato”.

Lo que sí sorprendió a David fue la invitación de Ken a jugar al básquetbol con él una tarde. Después se refrescaron tomando unas sodas y contándo historias junto a los niños del campamento. En poco tiempo, el gran sentido del humor de David hizo reír a Ken a carcajadas. Al terminar al semana, todos se daban cuenta de que David y Ken eran muy buenos amigos.

David había tenido buenos amigos anteriormente (muchachos como él, intelectuales e introvertidos) pero nunca nadie como Ken. Sólo por ser su amigo, David disfrutaba de la atención de las consejeras del campamento y de la admiración de los niños. Pero lo que David disfrutaba más era estar con Ken. De hecho, la intensidad de sus sentimientos a veces lo asustaba. Cuando Ken se fue por un día para atender unos asuntos familiares, David tuvo problemas para concentrarse en sus actividades. Esa noche no pudo dormir hasta que oyó el chillido de los neumáticos del automóvil de Ken al llegar al campamento. Cuando Ken y David invitaron a dos de las consejeras a una cita, David estaba nervioso y distraído. “Si las llevamos de regreso alrededor de las 10:30, todavía puedo pasar cerca de una hora con Ken”, pensó.

Ken parecía no darse cuenta de los sentimientos de David, y cuando terminó el verano, ambos hicieron planes para regresar juntos a la ciudad. Sólo un día y medio después que hubo terminado el campamento, David no pudo resistir más el deseo de llamarlo por teléfono. Después que sonó un par de veces Ken contestó: “¿David? Mira, tengo mucho que hacer ahora. Me estoy preparando para volver al colegio, ya sabes cómo son estas cosas. Te llamaré en unas semanas cuando todo se haya calmado un poco”. David colgó el teléfono y se llevó las manos a la cara. Se sintió como si le hubieran dado un golpe en el pecho. “¿Cómo pudo Ken hacerme esto?”, pensó.

Cuando Allison aceptó a Jesucristo como su Salvador se sintió como si hubiera quedado abandonada en un terreno baldío. Su trasfondo de drogas, alcohol y fiestas no habían hecho nada para prepararla para el ritmo tranquilo de la vida social cristiana. “Estaba sola y aburrida” decía, “hasta que apareció Jake”.

Allison había conocido a Jake en una fiesta durante su primer año en la universidad. Desde aquel entonces, Jake también se había hecho cristiano. Cuando supo de la nueva fe de Allison, enseguida se puso en contacto con ella.

“Estar con Jake era agradable. Nuestros trasfondos eran similares, así que no tenía que darle explicaciones”, decía Allison. “No éramos novios, no había ese tipo de atracción entre nosotros, sin embargo estábamos todo el tiempo juntos”.

Alentada por la amistad con Jake, Allison comenzó a interesarse en conocer a otros cristianos. Un domingo, cuando estaban en la iglesia, Allison preguntó en voz baja: “Qué te parece si invitamos a almorzar a Jill y Alan con nosotros?”. “No esta semana”, respondió Jake algo herido, “¿Qué sucede, Allison, te aburre estar conmigo?”.

Más tarde, tomando un café Jake dijo: “Yo no puedo hablar con la mayoría de los cristianos. No tienen idea de lo que es la vida real. Tú no tratas de darme respuestas simples a problemas complejos. Te necesito, Allison”.

Los cumplidos de Jake halagaron a Allison, pero las horas de conversación con Jl comenzaban a dejarla sofocada y sin fuerzas. Ella quería ser su amiga, y también quería crecer como cristiana. Parecía no poder hacer ambas cosas.

Desde el día en que la familia de Sarah se mudó al vecindario de Mary, las dos parecían tener intereses en común y un mutuo amor por el Señor. Sarah sentía que Mary la comprendía mejor que cualquiera. Incluso su marido, Bill, no podía darle esa cercanía que experimentaba con Mary. Mary y su marido, Tom, tenían un matrimonio pleno, pero el trabajo de Tom hacía que se ausentara del hogar con frecuencia. Mary, una mujer llena de amor, invertía tiempo en cuidar de Sarah, quien parecía necesitarla. El asombro se produjo cuando ambas se vieron involucradas física y emocionalmente. Ninguna de las dos había experimentado sentimientos homosexuales anteriormente. Las dos amaban al Señor y se interesaban por sus maridos. Su amistad parecía estar centrada en Cristo, ya que con frecuencia oraban y leían la Biblia juntas. Si lo que estaban haciendo estaba mal, ¿Por qué Dios no las había detenido? Ahora que estaban tan profundamente involucradas no podían imaginarse estar separadas. “¿Qué hacemos ahora?”, se preguntaban.

¿Qué es la dependencia emocional? ¿Cómo fue que estas amistades, aparentemente sanas y edificantes al principio, terminaron siendo tan hirientes y confusas? En cada situación, la relación se tornó destructiva cuando la dependencia emocional entró en escena. La dependencia emocional ocurre cuando se cree que la presencia continua y la ayuda de la otra persona son necesarias para sentirse seguro. Esta ayuda puede darse de diferentes maneras: atención. admiración, consejos, afirmación, escuchando al otro y pasando tiempo juntos.

No importa cuán maravilloso pueda parecer al principio, las relaciones emocionalmente dependientes llevan a ataduras más fuertes que lo que la gente pueda imaginar. Ya sea que exista una relación física o no, el pecado toma lugar cuando una amistad se convierte en una relación dependiente. Sin embargo, todos tenemos una profunda necesidad, puesta en nosotros por Dios, de relacionarnos íntimamente. De modo que, ¿Cómo saber cuando estamos satisfaciendo esa necesidad de manera legítima? ¿Hay algún modo de darse cuenta de cuando se ha cruzado la línea de la dependencia?

[Continua en el post de mañana]

* Lori Thorkelson Rentzel es una escritora y redactora en San Rafael, California. Fue miembro del equipo de Love in Action, International, un ministerio de ayuda a aquellos cristianos que desean salir de la homosexualidad y de otros conflictos de identidad sexual. Ha dado talleres y seminarios sobre dependencia emocional y otros aspectos de las relaciones cristianas.

**Fuente y traducción por: Exodus Latinoamerica

Versículo para meditar:

 —Te daré todo esto —dijo— si te arrodillas y me adoras.

 —Vete de aquí, Satanás —le dijo Jesús—, porque las Escrituras dicen: “Adora al Señor tu Dios y sírvele sólo a él” 

Mateo 4: 9-10

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