¿Que implicaciones hay en «Te responderé»?

«Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes.»

Jeremias 33.3 NVI

Te aseguro que algo nuevo vas aprender. Hoy recordaba lo mucho que quería compartir acerca de la oración y lo que en mi propia vida ha sido una vivencia. Uno no puede ponerse hablar algo que no ha vivido. Prefiero dejar inconcluso el tema. Pero en la oración he notado a Dios diferente a lo que las personas esperan. El es mucho mas grande que nuestra mente o corazón procura. Mi alma me sugiere un Dios de esta y de otra manera.

Dios me dice en este verso famoso «te responderé» y todos decimos un glorioso «amen» a eso. Todos queremos cosas de Dios somos como niños al cual el papá les ha dicho que pueden pedir lo que ellos quieren. Pero con mente de niño no tendremos lo mejor pues el es quien sabe mejor lo que conviene.

Primeramente encuentro que la voluntad de Dios no se sabe sino se comprueba. Romanos 12.1-2 hablan de una voluntad «perfecta y agradable» y esa solo se puede comprobar. Es decir que aunque parezca falta de fe yo debo comprobar que la palabra que he recibido o la respuesta ya sea por medio de un ministro de Dios o en su palabra o por medio de mis padres o mi cónyuge. Y de eso tengo historias que contar pues Dios jamas va a invalidar su palabra quitando el papel de sacerdote al padre por ejemplo que el le asigno aunque el no sea creyente. Dios puede usarlo sea tu esposo, padre o un padrastro incluso.

En segundo lugar y el mas inaceptable por todos es que cuando Dios dice «te responderé» en realidad puede darse en estas dos formas:

1. Dios me dice que si a lo que yo le pido. Pero puede ser inmediato o no.
2. Dios me dice no. Pero puede ser un «si» mas adelante o un no definitivo.

Si las desglosamos pueden ser mas de dos pero ¿captas lo que te quiero compartir? El mejor ejemplo es del padre al cual su hijo le pide un juguete.
Muchas veces el «No» de Dios es un «mas adelante hijo». Y nosotros nos podemos tomar el «capricho» de dejar de orar y desaminarnos. Como siempre digo solemos decir: «Dios no me oye, pobre yo, hay yo y si sobra alguien …yo».
Creo que Dios sonríe a nuestros «caprichos» o a nuestras «huelgas» de oración.
Debemos aceptar con madures que aunque su respuesta demora la dará porque la ha prometido.
De algo podemos estar seguros y es que el hará todo lo que vaya conforme a su voluntad pues no sabemos pedir humanamente como conviene, pero el Espíritu Santo que te ayuda en la oración es tu mejor aliado para una respuesta segura.
Nosotros por naturaleza siempre vamos a desear el numero uno, y de forma inmediata a todo lo que oramos. Pero Cristo puso una regla a esta declaración.

Y en tercer lugar el no te dará nada que vaya en contra de su palabra. Ninguna profesía ni palabra «profética» ni consejo debe sacar de contexto la verdad y por eso necesitas tener una relación con el Espíritu Santo que te permita discernir lo correcto.

Que en tu vida puedas reconocer cuando Dios te da el «ok» a tu clamor y te lleva a conocer la palabra.  Que disciernas entre un «Si» y un «No» y no apresurarte a tomar otro camino.  La gran noticia es que el da sabiduría abundante a quien se la pide.