Archivo mensual: agosto 2011

Adicción a la aprobación – II Parte

[Esta la segunda parte de la nota de ayer, esperamos sea de bendición para ti. Dejaremos pendiente mas notas sobre este tema, así que muy pendientes. Recuerda que para tener el estudio completo puedes buscar el libro de Joyce Meyer]

Jesús descansaba. Él se alejaba de las demandas de las multitudes y tomaba tiempo para ser renovado. Muchos de los santos de Dios más preciosos y más conocidos han sufrido de agotamiento con una tendencia a la depresión.
Debemos aprender que no todos nuestros problemas son espirituales; algunos de ellos son físicos. Muchas veces culpamos al diablo de cosas que son culpa nuestra. Debemos aprender a decir no y a no temer la pérdida de relaciones. Yo he llegado a la conclusión de que si pierdo una relación debido a que le digo a alguien que no, entonces realmente nunca tuve una verdadera relación con esa persona.
Mantener relaciones sanas ocasionalmente requiere confrontación. Eso significa que debes decir no aún cuando la otra parte quiera oír un sí. Si tú no has confrontado, y ahora te encuentras siendo controlado y manipulado, realizar un cambio no será fácil.
Yo tenía mucho miedo de mi padre (sufrí abuso por parte de él), y decirle no sencillamente no parecía ser una opción. Cuando me fui de casa caí en el mismo patrón de hábitos con otras personas que tenían una personalidad parecida a la de él. Tenía dificultad para mantener mi libertad, en especial con personas resueltas y obstinadas. La verdadera libertad era algo extraño para mí.

Si las personas no están acostumbradas a ser confrontadas, pueden reaccionar de modo muy agresivo hasta que se acostumbren al cambio. Puede que hasta tengas que explicar que en el pasado les has permitido hacer cosas como ellos querían, pero que tú has estado equivocado. Será difícil para ti y para ellos,
pero para tener una relación sana debes hacerlo. Pídele a Dios que te dé valor y que ayude a la otra persona a estar dispuesta a cambiar.

Lo que es imposible para el hombre es posible para Dios. –Marcos 10:27

Lo importante es tomar la decisión en este instante de que, con la ayuda de Dios, tú romperás con el ciclo de la adicción a la aprobación. Al inicio puedes sentirte incómodo con la idea de que alguien no esté contento contigo, pero de otra forma pasarías tu vida infeliz. Romper cualquier adicción produce sufrimiento, pero conduce a la victoria. Podemos sufrir en nuestro camino a la
victoria, o podemos sufrir en un ciclo interminable de adicciones.
¡Si vas a sufrir, al menos que sea por una razón que valga la pena!


Adicción a la aprobación – I Parte

[Esta nota es un extracto del Libro de Joyce Meyer «Adicción a la aprobación» Aquellos que se identifiquen aprenderán algo nuevo y los que no les sera útil herramienta para comprender a otros y cuidarse]

Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes, y no os sometáis otra vez al yugo de esclavitud. —Gálatas 5:1 NBLH

Cualquiera de nosotros que tenga la intención de hacer mucho en la vida, tendrá que aceptar que habrá momentos en que no recibiremos aprobación por parte de todos.
La necesidad de ser popular robará nuestro destino. No muchas personas pensaban bien de Jesús, pero su Padre celestial le aprobaba a Él y lo que hacía, y eso era lo único que realmente le importaba. Mientras tú y yo tengamos la aprobación de Dios, tenemos lo que más necesitamos. El apóstol Pablo dijo que si hubiera intentado ser popular con la gente, no habría sido un siervo del Señor Jesucristo:

«Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios?, ¿o me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo»
(Gálatas 1:10).

Ora pidiendo el favor de Dios. Antes de embarcarte en cualquier aventura de negocios, pide Su favor. Cuando conozcas a personas nuevas, pide Su favor. Yo hasta pido Su favor antes de entrar a un restaurante. Él puede conseguirme el mejor lugar, el mejor mesero, el mejor servicio y la mejor comida. La Biblia dice en Santiago 4:2b  «No tenéis porque no pedís». Comienza a pedir el favor de Dios regularmente y te sorprenderás de la aceptación y la bendición que llegarán a tu camino. Tendrás tantos amigos que tendrás que orar acerca de qué invitaciones aceptar o declinar. Pide al Señor «conexiones divinas», amistades que serán perfectas para ti.

Hay dos maneras de vivir: podemos vivir por gracia, que es mediante el favor y la ayuda de Dios; o podemos vivir por obras, que es mediante nuestros propios esfuerzos. intentando hacer el trabajo de Dios. El primer camino produce libertad; el segundo, atadura.

Quienes son adictos a la aprobación, frecuentemente acaban «quemados».

Para ellos siempre existe el peligro de intentar demasiado; quieren tan desesperadamente agradar que hacen todo lo que sienten que se espera de ellos y aún más. Puede que estén comprometidos a ser «agradables»; a veces dicen sí simplemente porque no pueden decir que no, y no porque creen que sus actos son la voluntad de Dios. Se agotan por falta de discernimiento o debido a una culpabilidad injustificada. El agotamiento nos hace enojarnos porque reconocemos en lo profundo de nuestro ser que no es normal. Para evitarlo debemos tomar el control de nuestras vidas bajo la dirección del Espíritu Santo.

En una ocasión, cuando me quejaba de tener un calendario
tan apretado, escuché al Espíritu Santo decir:
«Tú eres la única que acomoda tu calendario; si no te gusta, entonces
haz algo».

Frecuentemente nos quejamos y continuamos haciendo lo mismo. Es cierto
que la gente no debería presionarnos, pero es igualmente cierto que no deberíamos permitirnos a nosotros mismos estar bajo presión. No podemos culpar a otros por lo que es en último término nuestra propia responsabilidad.

La vida cristiana normal debería vivirse dentro de los límites de la vida equilibrada.Una vez que una persona tiene un caso grave de agotamiento, no es fácil solucionarlo. Nadie puede quebrantar las leyes naturales sin pagar el castigo. Aunque puede que trabajemos para el Señor, no podemos vivir sin límites.

Continua mañana…


¿Porque tuve que pasar esto?

¿Que te puedo decir? En algunos momentos de mi vida me he hecho la misma pregunta.

Hay cosas que no las vamos a entender. Hay cosas que no las sabremos hasta que estemos con El.

Mas quiero decirte a tu corazón, que sea lo que sea que haya sido, o es aun, debes ser bien sincero contigo mismo o contigo misma.

¿De que hablo?, te daré algunas pistas y me comprenderás:

Una Perdida. Divorcio de mis Padres. Un familiar que no llega a Cristo. Una nota rechazada. Padre que me abandono. Un accidente. Una lucha con tu identidad. No poder dejar ese habito en tu carácter. Sentimientos de soledad. Despido de trabajo. Temor a no casarte un día. Incertidumbre de tu futuro. Rechazo de otros. Una beca rechazada. Familiares que me persiguen por ser Cristiana o Cristiano. Pobreza. Abuso. Un error que no puedo borrarme del alma… un pecado que me conquista…

No puedes cargar con ese peso. Necesitas sus brazos. Los brazos de Papá.

Pero espera, debes ser bien honesto. Hay un reto que debes romper para ser honesto y es hablar con El.

Tu a lo mejor  necesitas hablar algo de hace mucho tiempo. Intimo. Algo quizás nadie mas sabe. Y algunos a lo mas su mejor amigo (a) mas no es suficiente.

Sabes que no tenían respuesta alguna. ¿Te has visto en esto también?

Desearas que alguien te dijera una tan sola palabra de esperanza pero no la hay.

La palabra de Dios nos dice que nuestra fe sera probada.

Tu fe sera probada, el amor sembrado en ti sera probado, todo lo que Dios desea que brote en ti sera probado.

Cuando en la Universidad o en la escuela venia un parcial o como le llamen en tu nación, una prueba, debías estar preparado.

No importa si estudiaste, no importa si tenias deseos de hacerlo, no importa si la esperanza de que tuvieras la esperanza que el maestro declarara que se iba postergar viniera a tu mente una y otra vez.

Cuando el parcial toca, te toca.

Dios va probar de que material estamos hechos. El no hace las cosas a medias.

El pueblo de Israel paso cuarenta años en el desierto con el mismo examen. Eran unos genios para seguir haciendo lo que hacían. Murmurar. Quejarse.

Hermano y hermana, si antes alguien no te lo había dicho, estas dos cosas son pecado. Asi de sencillo. Es como matar, adulterar, mentir. Es lo mismo.

Para Dios no hay pecados «favoritos» y otros no tanto.

Dios es justicia y el esta dispuesto a perdonar. A entender.

Se sincero. «Llora si es necesario» dice El Señor. No te garantizo que tendrás todas las respuestas. Yo aun espero por algunas y no es «falta de fe».

Dios se reserva el derecho de hacerla saber con algunas, y otras a su tiempo las sabre.

Es mejor ser honesto «Señor yo no pedí pasar por esto, yo no pedí esto. Pero ayúdame y sálvame. Alzo mis ojos a los montes. Solo de ti viene mi socorro».

Habla con Papá. No se quede solo como un impulso por la nota «ahh que bonito».. No, eso no te ayudara. No lleves cargas que no son tuyas.

El las llevo en la cruz, entregárselas. HOY.

Me has hecho pasar por muchos infortunios, pero volverás a darme vida;  de las profundidades de la tierra volverás a levantarme.  Acrecentarás mi honor y volverás a consolarme. Salmos 71.20-21