[Esta la segunda parte de la nota de ayer, esperamos sea de bendición para ti. Dejaremos pendiente mas notas sobre este tema, así que muy pendientes. Recuerda que para tener el estudio completo puedes buscar el libro de Joyce Meyer]
Jesús descansaba. Él se alejaba de las demandas de las multitudes y tomaba tiempo para ser renovado. Muchos de los santos de Dios más preciosos y más conocidos han sufrido de agotamiento con una tendencia a la depresión.
Debemos aprender que no todos nuestros problemas son espirituales; algunos de ellos son físicos. Muchas veces culpamos al diablo de cosas que son culpa nuestra. Debemos aprender a decir no y a no temer la pérdida de relaciones. Yo he llegado a la conclusión de que si pierdo una relación debido a que le digo a alguien que no, entonces realmente nunca tuve una verdadera relación con esa persona.
Mantener relaciones sanas ocasionalmente requiere confrontación. Eso significa que debes decir no aún cuando la otra parte quiera oír un sí. Si tú no has confrontado, y ahora te encuentras siendo controlado y manipulado, realizar un cambio no será fácil.
Yo tenía mucho miedo de mi padre (sufrí abuso por parte de él), y decirle no sencillamente no parecía ser una opción. Cuando me fui de casa caí en el mismo patrón de hábitos con otras personas que tenían una personalidad parecida a la de él. Tenía dificultad para mantener mi libertad, en especial con personas resueltas y obstinadas. La verdadera libertad era algo extraño para mí.
Si las personas no están acostumbradas a ser confrontadas, pueden reaccionar de modo muy agresivo hasta que se acostumbren al cambio. Puede que hasta tengas que explicar que en el pasado les has permitido hacer cosas como ellos querían, pero que tú has estado equivocado. Será difícil para ti y para ellos,
pero para tener una relación sana debes hacerlo. Pídele a Dios que te dé valor y que ayude a la otra persona a estar dispuesta a cambiar.
Lo que es imposible para el hombre es posible para Dios. –Marcos 10:27
Lo importante es tomar la decisión en este instante de que, con la ayuda de Dios, tú romperás con el ciclo de la adicción a la aprobación. Al inicio puedes sentirte incómodo con la idea de que alguien no esté contento contigo, pero de otra forma pasarías tu vida infeliz. Romper cualquier adicción produce sufrimiento, pero conduce a la victoria. Podemos sufrir en nuestro camino a la
victoria, o podemos sufrir en un ciclo interminable de adicciones.
¡Si vas a sufrir, al menos que sea por una razón que valga la pena!